miércoles, 30 de noviembre de 2011

Le Premier Enfant: "Un disco nuestro va a estar formando parte de un linaje que nos dejaron las bandas de los ‘60".-


Nativa de Burzaco, al sur del conurbano bonaerense, la banda sintetiza electrónica con rock. “Nuestro objetivo es, en realidad, ser una alternativa a lo que es la movida del rock, del indie rock, de lo que está sonando ahora en las bandas emergentes”, esbozan. Con un año y medio de recitales, ultima los detalles de su ópera prima.

Por Juan Castiglione
Fotografías gentileza de LPE

Buenos Aires, noviembre 25 (Agencia NAN-2011).- Tal vez haya sido por el traqueteo del tren, rítmico, casi binario. O la atmosfera industrial-obrera de Burzaco. Pero lo más seguro es que lo que en realidad haya sucedido es que un cúmulo de casualidades, historias y cierta pizca de mística hayan convergido en un mismo lugar, en un mismo momento y en las medidas justas. Porque lo último que uno pensaría es que la renovación más fresca de esa comunión que conforman el rock y la música electrónica iba a manifestarse desde un altillo húmedo y asfixiante, perdido en algún rincón del interminable partido de Almirante Brown.

En ese cuarto, que durante un tiempo hizo las veces de habitación y sala de ensayo, comenzaron a juntarse, a mediados de 2010, Federico Saint-Esteben y Yani Gladitz, sin buscar nada especifico más que la simple comunión de ideas y terminando por encontrar un lenguaje personal, intransferible, propio, llamado Le Premier Enfant.

Un año y medio después, la banda ya ha recorrido un camino más que notable para su acotado tiempo de vida. Se encuentran ultimando detalles de lo que será su disco debut, ya han grabado un EP y rotan permanentemente en los principales escenarios de Zona Sur y la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, con la incorporación de Andrés Burztyn en la sección rítmica, están listos para tomar por asalto los oídos de la generación cobijada bajo el dominio indiscutible del Mp3.

--Están por lanzar un disco, tocando más seguido, lo que implica más obligaciones para con la banda. ¿Cómo hacen para convivir con ellas, ya que tienen otra vida además de la banda, y ésta aún no es un sustento económico?
Federico Saint-Esteben:--Primero y principal, para nosotros es un sustento, pero de vida, en el sentido de que nos saca de la cotidianeidad del laburo, del estudio. Claramente no es un sustento económico, pero sí de otras cosas. A su vez, en relación a lo económico nosotros tuvimos la suerte de entrar a un sello (Triple RRR) donde nos consiguen las fechas. No ganamos un mango, pero tampoco perdemos mucho. Es como que salimos hechos de eso, y en realidad lo que ganamos es más el beneficio personal de estar tocando. Hoy en día no es lo más fácil tocar en vivo y además sacar un disco.

--¿Cómo es la grabación de su primer disco?
Yani Gladitz:-- En general grabamos en una toma, ya que ahí se captura la esencia más pura, en la improvisación, en la espontaneidad. Esta es una de las características la banda. En vivo la improvisación también cumple un rol importante.
F.S.E.:--Quizá antes era más improvisado en vivo y ahora está más armada la estructura de las canciones, pero en lo que es el armado de los temas surge todo de la espontaneidad, y también en la grabación. La banda surgió de lo espontáneo, de decir “bueno, a ver que sale de esto” y salió, por eso es si nos rigiera la espontaneidad. Esto se termina manifestando en otras situaciones. Por ejemplo, hace un tiempo teníamos hora de grabación y había que grabar determinado tema. Un rato antes se me ocurre un tema y digo “bueno, vamos a grabarlo” y él (por Yani) se lo terminó aprendiendo en el estudio, en plena grabación. Dejando para después el otro tema. Creo que ahí está la PUC, dicho en términos publicitarios, la propuesta de comunicar nuestra: una espontaneidad que surge de la química que hubo desde el principio, una química que no es forzada y en la que, realmente, la producción de los temas y la composición fluye. No nos ponemos a pensar que tenemos que componer, sale de la nada.
Andrés Burztyn:--Esa espontaneidad no significa una improvisación de 10 minutos. Es muy simple, muy sintético, es como la síntesis de la espontaneidad. Cuando entré a la banda lo que encontré es que los chicos tenían una idea y la llevaban a cabo enseguida y no necesitaban 10 minutos para hacer un tema, en 3 lo terminaban.
F.S.E.:--No tenemos prejuicios para nada, en hacer temas instrumentales, una canción… si no tiene que haber letra no habrá letra, si tiene que haber, va a estar, sin estribillo, sin estrofa. Nunca hacemos letras que sean estribillo o estrofa. O son estribillos o son estrofas. En el disco habrá dos temas instrumentales.
--A pesar de esa impronta pop, no se casan con esas estructuras.
F.S.E.:--Más allá de que estamos encontrando de a poco una formula de sonido propia, no nos casamos con ninguna estructura. Pero ese sonido surge de la química antes referida y no tanto de pensar en una estructura, ni nada de eso.

--¿Y a ese sonido lo encontraron en los recitales o en el estudio?
F.S.E.:--Lo encontramos en los ensayos. Nosotros somos los primeros fanáticos de la banda. Cuando empezamos a componer y a ensayar en mi casa nos mirábamos y sonreíamos diciendo “no puedo creer lo bueno que esta esto”. Pero no de una manera banal, sino que realmente nos gusta escuchar esto, hacemos lo que queremos escuchar.

--Volviendo al disco, ¿cómo se involucran en el proceso de grabación?
F.S.E.:--Al principio, en los primeros temas tomamos una posición pasiva, de decir “está bien, tenemos productor. Que él se encargue de la mezcla y de la producción en sí, de agregar samples, etcétera. Nos dimos cuenta que de esa forma se perdía la personalidad de la banda. A partir de entonces empezamos a involucrarnos más en lo que es la producción, en la mezcla más que nada, sobre todo después de haber grabado el tercer tema. Es la primera vez que grabamos de manera profesional, si se quiere decir. Es una banda que tiene un año, un año y pico. Aprendimos a grabar en el momento.

--Entonces, ¿más adelante ustedes pueden ser sus propios productores?
Y.G.:--Es lo que queremos. El segundo disco nos gustaría que fuera producido por nosotros.
F.S.E.:--Mas allá de que Matu Bk es un productor de puta madre y que, realmente, si él lo hubiera producido tal vez salía un mejor disco, o más original, tampoco queríamos perder nuestra personalidad.
Y.G.:--Así se aprende.

--A la hora de tocar en vivo, ¿la dinámica del disco como la trasladan?
F.S.E.:--Primero, al estar laburando en el estudio, te da la oportunidad de agregar determinadas cosas, como samples, programaciones. Se labura de una manera más integral, mas compuesta, más barroca. En vivo somos más sintéticos, no nos gusta usar pistas y queremos que sea todo más natural. Así que hay cosas que no pueden estar. Y esto desencadena en una forma de tocar “más rockera”.
A.B.:--Con el mismo tempo que en el estudio, pero con más fuerza. Cambia la intensidad.
Y.G.:--Por eso, en los últimos meses lo incluimos a Andrés para lo que es tocar en vivo, porque nos ayuda con el aporte de baterías, dándole más matices a la bases. Las bases rítmicas se mantienen, pero al integrar una mano humana adquiere otro matiz.



Le Premier Enfant sintetiza la electrónica con el rock. Así, la banda de Burzaco rompe con la recomendación de Pappo a DJ Deró (pibe, búscate un laburo honesto): funde ambas propuesta. “Más allá de que nosotros creo que utilizamos a la electrónica, no sé si nos consideramos una banda de ese estilo. Nuestro objetivo es, en realidad, ser una alternativa a lo que es la movida del rock, del indie rock, de lo que está sonando ahora en las bandas emergentes. Nosotros buscamos ser una alternativa y que la alternativa esté más allá de la composición y la creación, donde si confluyen elementos electrónicos”, esboza Saint-Esteben.

A.G.:--No está explotado mezclar la electrónica con el rock. Hay muchas bandas que meten un sintetizador pensando que hacen electrónica y siguen haciendo rock. En cambio no está explotado el tema de hacer electrónica pero desde una perspectiva mas rockera. Por lo menos acá.

Le Premier Enfant se encuentra grabando su disco debut en un momento de la historia donde el formato se ha convertido en un mero fetiche consumista, y donde el downloading aparenta ser imparable y una práctica irreversible. A años luz del conflicto Metallica versus Napster, hoy, propuestas como la de Saint-Esteben, Gladitz y Burztyn, miran con otros ojos que su primera producción sea descargada de forma frenética, y hasta ven un aspecto positivo en ello.

--Una banda que invierte tiempo y dinero en producir un disco, ¿con que ojos mira el hecho de que pueda ser bajado?
A.G.:--Ya desde el vamos la mitad de los discos van para regalo
F.S.E.:--Nunca nos pusimos a pensar en las ganancias. El punto es tener una obra propia, de sentirse orgulloso de estar contribuyendo en la música de un país donde siempre salieron bandas de la concha de la lora. Un disco nuestro va a estar, quieras o no, formando parte de un linaje que nos dejaron las bandas de los ‘60, que a su vez nos dejaron el legado de sacar discos. Yo quiero pertenecer a esa historia. Que haya gente que lo escuche, eso es lo importante. Nos importa más que se escuche. Además es estúpido pensar que no lo van a bajar, es más, pienso que sería un punto positivo que alguien quiera piratearnos, porque eso significa que alguien va a querer bajarlo. Si alguien piratea es porque hay demanda, y eso a mí me enorgullece.
A.B.:--Igual pienso que si a la gente le gusta, lo va a terminar comprando. Por ahí llega a sustentar parte de la grabación.
F.S.E.:--El disco funciona como una manera de hacerse conocer, como un virus que se va expandiendo. Después si a la gente le gusta nos va a venir a ver. De donde más rédito económico se saca es de las fechas. Por más que la gente sea reacia a pagar una entrada de 10 pesos, que es un 33,33 por ciento de lo que sale una entrada a un boliche. Uno está exponiendo música y arte, y son reacios a pagar eso, pero después viene cualquier banda de Inglaterra o Estados Unidos y pagan 400 pesos. Además son los mismos que después en la cancha cantan el que no salta es un inglés. Por otra parte, de esos 10 pesos, nos quedamos con nada. Hay gente que llega a un bar, ve que toca una banda y dice “¿sale 10 pesos? mejor voy al bar de la esquina a tomar una birra solo y a escuchar a (Ricardo) Montaner”. Somos el único país de Sudamérica que tiene 50 años de rock, ¿cómo puede ser que en la gente no exista todavía el impulso inconsciente de querer escuchar una banda? No lo puedo creer. Pero en cambio si pagan 50 pesos más un daiquiri para ir a bailar a un lugar de mierda donde te pasan los mismos temas todos los días.

Para Le Premier Enfant no existen los tabúes. Incluso se animan a contar los pormenores de una grabación donde el exceso de cannabis estuvo a la orden del día. Históricamente las drogas han impactado de manera explícita en la música, aportando atmósferas que solo pueden ser logradas alterando ciertos campos de la percepción. Por ejemplo, el ultra fumadoPaul’s Boutique de los Beastie Boys, el estado de trance extático de Sreamadelica de Primal Scream o la dureza blanca de Raw Power de los Stooges. Pero ¿hasta qué punto influyen las sustancias?

Y.G.:--Las drogas estuvieron presentes en el disco todo el tiempo.
F.S.E.:--Imagínate entrar en un estudio, que se respira más marihuana que oxigeno.
Y.G.:--Salís de ahí con un olor a porro que es como tirarte Glade de cannabis. En el disco es inevitable que se vaya a notar eso.
F.S.E.:--Nos pasó varias veces que escuchábamos algo en el estudio, en ese ambiente y escucharlo después en tu casa tomando un tang y pensabas “¿esto grabamos?, ¿qué mierda pasó? Pasó muchas veces eso.

--Su sonido parece de otra época, remite a los ’80, ¿lo piensan como si estuvieran tocando en esa década?
F.S.E.:--Nuestras graficas están inspiradas en el arte ruso, en la modernidad, el constructivismo.
A.G.:--Somos nostálgicos de los ‘80.
F.S.E.:--Somos bastante románticos, sin ser retro. Lo bueno es la novedad. Obviamente, buscamos la novedad, pero hay influencias claras.
A.G.:--A las bandas metaleras que ensayan en la misma sala que nosotros les encanta la banda. Y ahí existe una conexión. Pero hay una diferencia, no apuestan a la novedad. Tienen una visión retro, romántica, pero sin ansias de cambiarla, mejorar.

--Es decir, están parados en 1984, como queriendo cambiar el futuro.
F.S.E.:--Claro. Somos como un DeLorean.

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