viernes, 1 de julio de 2011

Tobogán Andaluz: “Hacemos lo que nos gusta, no nos importan los géneros”.-


El grupo surgido en Belgrano a principios de 2010 no pretende encasillarse dentro del indie bonaerense. En su camino, en cada recital, sus integrantes amplían una búsqueda constante como una forma de recorrer ese camino que ya anduvieron Valentín y Los Volcanes, El Mató un Policía Motorizado y Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. Así, la banda gestada como proyecto solista, consolidada como conjunto en octubre y finalmente reconvertida en cuarteto pretende mutar para expandirse hacia nuevos horizontes.

Por Juan Castiglione
Fotografía: Martina Trlik

Buenos Aires, julio 1 (Agencia NAN-2011).- Es la madrugada de un sábado como cualquiera en La Plata. Facundo Prantera (voz y guitarra), Federico Dopazo (bajo) y Marina Huberman (batería), tres de los cuatro pilares que conforman Tobogán Andaluz junto a Augusto García (guitarra), se encuentran recostados sobre la pared de Pura Vida, antro emblemático de la movida under platense de los últimos años. Acaban de abrir la fecha que completan Valentín y Los Volcanes y Prietto Viaja al Cosmos con Mariano, dos de las bandas más convocantes y longevas del ambiente. El sonido de los bajos rebota en los paneles y los acordes llegan como una serie de melodías en caliente que reafirman la influencia hacia la agrupación conformada como proyecto solista a principios de 2010, consolidada como conjunto en octubre de ese mismo año con la incorporación de Marina y Federico y finalmente reconvertida en cuarteto con la inclusión de Augusto. La banda está encuadrada, como tantas otras, en la nueva camada que ha sido marcada en su camino por muchas de las mismas personas con las que suelen compartir fechas. Simple y sencillo.

El Mató a un Policía Motorizado, 107 Faunos, los ya citados Valentín y los Volcanes, entre otras, son grupos que han trazado un camino que hoy bandas como Tobogán Andaluz se atreven a recorrer en un circuito que se encuentra en pleno auge y marchando a toda máquina; donde la producción constante de EP's reformula el modo de difusión en días donde el CD se apuesta a dar su inevitable canto de cisne. “No nos cuesta tanto grabar porque en la casa de Marina hay su estudio, entonces grabamos lo que tenemos ganas, cuando tenemos ganas. Podríamos sacar EP's todos los días, pero nos cuesta viajar hasta Villa Ballester,” admite Facundo, antes de que Marina agregue: “Igualmente ahora estamos grabando el primer LP de la banda. La idea es que sea un disco largo, de mejor calidad que los EP's.” En sí, el objetivo es dejar por un tiempo los Ep's de lado y dedicarse de lleno al LP.

La experiencia de Tobogán Andaluz con el formato acotado de EP (más corto que un long play, pero más largo que un sencillo) los ha llevado a grabar en conjunto con José Goyeneche, alma mater y líder de Valentín y Los Volcanes, además de ideólogo del sello independiente Juvenil Empresa de Color. A propósito de ésta relación, plasmada en el redundante “Tobogán Andaluz & Jo Goyeneche”, Facundo explica como surge la colaboración desde la experiencia: “Surgió una noche cuando lo conocí acá, en Pura Vida. Charlamos y le propuse grabar algo. Como le gustó la banda, un día que tocaron en capital lo invitamos al estudio. Vino y grabamos uno de sus temas, un tema mío y otro que hicimos en el momento. Fue todo medio de improvisto, pero quedo buenísimo.” Un modus operandi que parece repetirse en la producción de Tobogán Andaluz, quienes fluctúan entre la urgencia, la espontaneidad y el hormigueo constante que los lleva de un lugar a otro. Desde Capital, hacia los rincones más húmedos y oscuros del conurbano bonaerense.

“Nosotros hemos tocado otras veces en La Plata, pero muy temprano, y en La Plata, las bandas suelen tocar muy tarde, entonces el público que nos iba a ver era mucho menor al de hoy, donde tocamos con el lugar repleto”, celebra Facundo. Para una banda que lleva menos de un año tocando, y que está en plena etapa de consolidación, ya sea entre ellos como con el público, una fecha como la de Pura Vida, a sala llena y hasta con la presencia de algún que otro pogo durante sus temas, termina por conformar el ideal de recital. “Tomamos el tren, o un colectivo, y vamos a tocar a donde nos inviten, siempre y cuando sea algo que nos haga sentir felices. Eso es lo que más nos importa: que nos hagan pasar un buen momento, ya sea viajando a La Plata, a Bahía Blanca o a Corrientes”, confía el cantante y guitarrista del grupo surgido en el barrio de Belgrano.

Pero no todo es color de rosas. El hecho de ser una banda autogestionada, implica, como ellos explican, tener que llevar los equipos de un lado a otro, viajar una hora y media en tren para llegar a La Plata y juntar dinero entre amigos para comer unas pizzas antes de arrancar con el armado del escenario. Pero las ventajas de éste modelo de gestión son claras, por lo menos para ellos, ya que, como aclara Facundo “tocamos donde queremos y grabamos lo que queremos, cuando queremos”. Es simple: las llamadas desventajas forman parte del folklore que envuelve al ser una banda independiente; esto se debe a que “es algo que involucra a la movida, al ir a tocar, si no pasara no sería tan divertido. Ser autogestivo es poner el cuerpo”, agrega Federico.

Mientras tanto, para la banda, en el futuro inmediato no aparece la firma de contratos discográficos con grandes sellos o las giras interminables. Al respecto, comentan: “Nos gustaría mejorar nuestra estructura para poder autoabastecernos de alguna manera no tan lucrativa. Es decir, poder bancarnos pero sin tener que vendernos a una publicidad o a lo que sea. El objetivo es poder lograr un autosustento, tratando de llegar lo más alto que se pueda dentro de ese formato de gestión. Bandas como El Otro Yo, Boom Boom Kid siempre fueron independientes y les ha ido bien. Estaría bueno lograr algo como lo que ellos lograron.” Esta independencia también implica cierta libertad a la hora de organizar la agenda con fechas. Marina comenta que “en principio era el momento de salir a conocerse, y está bueno conocerse tocando” en vivo. “Entonces tocábamos bastante seguido. Ahora, en cambio, elegimos mejor donde tocar y ensayar más”, completa.

Augusto debutó con la banda en la fecha de esta noche. La incorporación de un cuarto miembro responde, para el resto de los integrantes, a la idea de mejorar la estructura musical de la banda y expandirse sónicamente hacia nuevos horizontes. “Ahora estoy mas cómodo. No sé tocar muy bien la guitarra eléctrica, siempre toqué la acústica. Además, no tengo guitarra eléctrica. Siempre me prestaban alguna y me costaba adaptarme. Así que nos iba mal: rompía cuerdas, puteaba al sonidista, pateaba botellas. Entonces tener otro guitarrista que toque bien la eléctrica me da más libertad”, confiesa Facundo, el cantante. Ahora, explica Marina, “los temas son más disfrutables, estamos más relajados, antes tocábamos más a pleno, más distorsión. Está bueno que haya más arreglos”. Los tres coinciden en que hoy buscan dirigir sus naves hacia las tierras del rock. Cansados del pop y del punk, pretenden sumar arreglos, complejizar el sonido de la banda y poder llegar a hacer géneros que no existan, ya que, como aclaran, no les gustan los géneros.

En días donde el termino “indie” responde más a un sonido que a una manera de concebir la música, Facundo reflexiona sobre el uso que algunos hacen de la palabra, y que otros usan para definir la propuesta de Tobogán Andaluz: “Hacemos lo que nos gusta, no nos importan los géneros. La idea de catalogar las cosas es una mierda. El indie no es un género, si no una manera de hacer las cosas. Viene de independiente, y nosotros lo tomamos así. Las bandas punks de Jose C. Paz y San Miguel son indies, y los chabones ni saben que lo son”. Un indie que no responde a la pose de moda, que no toca en festivales emergentes y no aparece en los afiches del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Sobre ésta (bastante difundida en los últimos años) segunda definición de la nomenclatura, reflexiona el cantante: “Muchos se olvidan del hecho de poder tocar la guitarra y disfrutar de ir a tocar a una plaza para sus amigos, encerrarse con la guitarra en el baño de tu casa, o mostrarle a tu mamá la canción que hiciste. Muchos se olvidan de eso y se meten en un circuito, que en realidad sólo existe en su cabeza. Porque la realidad es que ya no estamos en los 90's y Subpop ya no es tan grande como alguna vez lo fue. La gente debería disfrutar más de tocar la guitarra y cantar.”

La temperatura roza el grado bajo cero, de fondo se escuchan los colchones psicodélicos de Prietto Viaja al Cosmos con Mariano. La entrevista concluye y Facundo y Federico golpean la puerta del bar buscando ingresar. Sin titubear, el patovica de turno responde: “Damas, gratis; caballeros, 15 pesos”. Intentan explicarle que tocaron hace unos momentos en ese mismo lugar, y que sólo salieron a la calle por un momento. El grandote no quiere, ni siquiera intenta entenderlos y cierra la puerta delante de ellos. Encargados de la seguridad insensibles al frío glacial, los viajes en tren y bandas que son el público de otras bandas, son los gajes del oficio del músico independiente.

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