Nueva sección(?): Lo que voy a escuchar 40 veces ésta semana (hasta que me canse y pase a otra cosa).

Había una vez una ciudad industrial inglesa (el equivalente a lo que sería acá Avellaneda según un amigo)donde culturalmente no pasaba, digamos, un carajo. En 1976, según cuenta la leyenda que popularizó Tony Wilson, o más bien, la película que hicieron sobre el, tocan en Manchester los Sex Pistols, encendiendo así la llama sagrada que haría de guía de la música británica en las dos décadas siguientes. Desde Joy Division a oasis, pasando por a certain ratio, the durutti column, new order, the smiths, happy mondays, stone roses y muchas otras, Manchester fue el punto neurálgico del sonido inglés en la era 80-90's.
Como todo movimiento, se necesitaba una catedral, y eso fue, en gran medida, the hacienda, el boliche que comandaba Wilson y su discográfica, Factory Records. Una torre de babel trasnochada por donde pasaron (casi) todas las bandas que se preciaran de tal durante esa época. Cuna del movimiento house y de las drogas sintéticas. Un mega antro, que, a pesar de ser el ombligo musical del mundo y El(si, con mayúsculas) lugar de moda durante varias temporadas, solo daba pérdidas , siendo éstas remendadas con las ganancias que generaba New Order (Blue Monday fue el sencillo más vendido de la historía, pero Bernard Summer y los suyos no vieron un centavo, ya que todo el dinero que ganaban se destinaba a pagar las deudas de The Hacienda. Esto se debe al célebre acuerdo que tenía Factory records con sus bandas, brindandoles total libertad creativa y, en el plano económico, dividiendo las ganancias en partes iguales entre músicos y discográfica).
¿A que venía todo esto? a que The smiths fue la gran banda "indie" inglesa de los 80's, y ,en el video que me tomo la molestia(?) de subir, los vemos tocando en The Hacienda, con todo el significado implícito que ello acarrea. Es como ver a los Ramones en el cbgb, a los Beatles en the cavern, a Sumo en cemento. Es fresco como la menta, excitante como hacer un "ring raje", nostálgico como la primera novia, monumental como la tijera del lagarto Fleitas a independiente. En fin, basta de chachara, y a escuchad el sonido de la clase obrera mancuniana.